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Perdón: De 6 a 12 años, propuestas prácticas

¿Cómo cultivar el perdón en nuestros hijos?

En esta época de la vida es cuando los niños van a tener más oportunidades para enfrentarse a situaciones en las que tienen que perdonar y se perdonados. Es por eso que es muy importante que dispongan de las habilidades necesarias para resolver conflictos y no tengan problemas para aceptar las disculpas de otras personas arrepentidas por haber hecho algo inadecuado. La capacidad para perdonar a otros les ayudará a consolidar sus relaciones personales con niños de su edad: amigos, compañeros de clase, sus propios hermanos, otros familiares…

Se trata de un período de crecimiento en el desarrollo social, pero también en el desarrollo de la autoestima. Ser capaces de perdonar situaciones que les hacen daño, les ayudará a encontrarse satisfechos y orgullosos de sí mismos.

A partir de los 6 o 7 años, los niños ya tienen cierta capacidad de abstracción, lo que contribuye a comprender las causas y efectos de los comportamientos de los demás. Debido a este avance, los niños de estas edades pueden perdonar sin dificultad. Sin embargo, es probable que todavía necesiten un mayor acompañamiento que los adolescentes y adultos en su proceso de recuperación interior que les ayude a perdonar. A continuación, te proponemos unos consejos



Propuestas prácticas relacionadas con el perdón para niños de 6 a 12 años


- Pon en práctica este valor. Pide disculpas cuando te equivoques y también perdona a tu hijo cuando éste cometa algún error. Esto hará que tu hijo aprenda cómo hacerlo y además normalice la humanidad de pedir perdón y perdonar. También podrá vivenciar los maravillosos beneficios de este valor para toda la familia.

- Habla con él sobre la empatía y la capacidad para ponerse en el lugar del otro. Trata de hacerle entender que todas las personas pueden equivocarse. Todos somos seres imperfectos y no hay que sentir vergüenza por ello. Recuérdale de forma cariñosa alguna vez que él mismo se haya equivocado o comportado de forma inadecuada. Nadie es perfecto, y debemos comprender las imperfecciones de los demás. Pregúntale si recuerda alguna vez que se equivocó: ¿cómo reaccionamos nosotros contigo? ¿cómo te hubieras sentido si no hubiésemos llegado a perdonarte? ¿cómo te sientes cuando te perdonan si te equivocas?

- Habla con él para que aprenda que las cosas que hace tienen una repercusión en los demás y también en el mismo. Si es bueno y compasivo con otros niños, se sentirá agraciado y bondadoso.

- Ayudarle a que aprenda a reconocer las emociones que experimenta a través de preguntas: ¿cómo te sientes? ¿cuál es el sentimiento que está en ti? Favorece que etiquete estos sentimientos, proponiéndole palabras que se asemejen a lo que está sintiendo en ese momento. ¿Te sientes triste? ¿Estás preocupado? ¿te sientes alegre? ¿estás furioso?

- Debemos tener claro que cuando ayudamos a los niños a practicar el valor del perdón no les enseñamos sin embargo aceptar cualquier comportamiento de los demás como algo válido. No consiste en conformarse con las injusticias. Es muy probable que, después de perdonar, sigamos pensando que lo que nos han hecho está mal y sin embargo tengamos la capacidad de comprender a nuestro ofensor y perdonarlo.

- Tampoco es necesario que vuelva a ser amigo de la persona que le ha molestado. A veces es importante mantener cierta distancia durante algún tiempo y mostrarse prudente para no volver a ser lastimado u ofendido. A partir de los diez años, los niños ya pueden comprender las diferencias entre perdonar y reconciliarse.


- Hazle ver que perdonar no es sinónimo de debilidad, sino todo lo contrario. Perdonar nos engrandece y es una oportunidad para mostrar cuáles son nuestros valores. Un niño que es capaz de perdonar da muestras de su fortaleza personal.

- Valida su esfuerzo, haciéndole ver que perdonar no es fácil. Se trata de un acto de generosidad, humanidad y bondad. Hazle ver también que las personas que perdonan sienten mucho alivio y que el esfuerzo le valdrá la pena.


¿Y si es tu hijo quien está comportándose de forma brusca con otros?

Algunos estudios demuestran que algunos niños que son agresivos en la escuela se comportan de esta manera porque tienen en su interior situaciones que no son capaces de perdonar. ¿Puede ayudarle a sanar su corazón la práctica del perdón? Cuando los niños disminuyen su ira, dejan de intimidar a otros, pues se sienten tranquilos y en paz consigo mismos. Puedes preguntarle ¿Quién te lastimó? ¿Esta persona está dolida, vulnerable y confundida? ¿Sabes qué es y qué no es el perdón? ¿Estarías interesado en tratar de perdonar a quien te causó tanto dolor?


Pasos para que los niños aprendan a perdonar

- Ayuda a tu hijo a identificar su dolor, que explique lo que siente, hablando con él (¡y validando!) las emociones que está experimentando: “Entiendo que estés enfadado, triste, que te sientas humillado… etc.


- Pídele que explique la situación, dando detalles sobre lo que le ha ofendido. Puedes utilizar preguntas aclaratorias para conseguir “hilar” el relato: ¿Cómo empezó todo? ¿Qué pasó después? ¿Cómo te sentiste? ¿Qué fue lo que más te molestó?

- Una vez que haya estructurado lo que ha sucedido, anímale a que se dé algo de tiempo para que sus sentimientos intensos y toda la carga emocional que tiene vayan tranquilizándose: “Si te parece bien, podemos seguir hablando de ello cuando lleguemos a casa”, “¿Qué tal su le buscamos una solución después, una vez que consigamos tranquilizarnos? ¿Crees que es una buena idea que lo hablemos en la reunión familiar de esta semana?

- Intenta evitar que tu hijo actúe por impulsos o con venganza hacia sus ofensores. Esto sólo serviría para aumentar el problema o agravarlo. Explícale actuar con venganza no le va a ayudar a sentirse mejor, ya que el odio y el enfado van a seguir en él.

- Pasado ese tiempo, pregúntale si está preparado para volver a pensar en lo sucedido y valorar si es capaz de perdonarlo. En este paso, tu hijo debería tener claro lo que es y no es perdonar:

  1. Perdonar no es aprobar lo que hizo la otra persona. Probablemente lo que hizo está mal.

  2. Perdonar no es permitir a la otra persona que lo vuelva a hacer.

  3. Perdonar es cambiar los sentimientos de dolor hacia lo que sucedió y hacia la persona que nos ofendió.



Una actividad útil para perdonar es escribir una carta de perdón en la que el niño analice por qué la otra persona hizo lo que hizo, intentando buscarle una explicación.

- Hazle ver que perdonar es su decisión. Si sigue dolido y enfadado es probable que le cueste aún hacerlo. No pasa nada si no está preparado para ello, podéis continuar hablando sobre lo ocurrido si así lo necesita. Perdonar requiere un esfuerzo, valóralo. Ayúdale a ver que cuando lo consiga encontrará alivio. Hazle ver que liberar ese enfado, ese dolor es necesario para que no se convierta en un resentimiento, algo mucho más doloroso y difícil de olvidar.

Pídele que se ponga las “gafas del perdón” para intentar ver a la persona que le ofendió de otra manera. ¿Por qué actuó así? Si, por ejemplo, ha tenido un problema con su hermano, pídele que mire


- a su hermano de una manera más grande que lo que su hermano le hizo. ¿Puedes ver algo de bondad en tu hermano? Ayúdale a valorar a la persona en su conjunto, con todo lo bueno que tiene, y no centrarse únicamente en lo malo que ha hecho. No sería justo abandonar una relación personal únicamente por una metedura de pata…

- Una vez que un niño está preparado para perdonar desde el corazón, es capaz ofrecer a la persona ofensiva el perdón, acompañado de amabilidad y respeto, en un acto de generosidad y amor.


Algunos recursos para edades entre 6 y 12 años


Libros y lecturas

Pastel para enemigos, de D. Munson en Editorial Juventud. Narra el inicio de una amistad de verano, aportando claves para entender al otro y ponerse en su lugar. (A partir de 7 años).


Perdóname por favor. Enseña a sus hijos la importancia del perdón, de S. Bryan. Bonita historia en la que se analizan las opciones de perdonar o no perdonar ante un agravio. (De 6 a 10 años)



El libro de valores de Paquito: Sobre el perdón y la perseverancia, de P. León en la Ed. Ferrandini. Se trata de una colección de libros sobre valores, en la que el tomo 10 tiene una parte dedicada al trabajo sobre el perdón que puede ser interesante.



Películas

(+7) “Los descendientes”, (2011). Un padre de familia debe replantearse el sentido de su vida cuando su mujer sufre un accidente que le deja en coma. La historia presenta una visión reflexiva del perdón y de sus beneficios.



- (+7) Invictus, (2009). La película simboliza el significado del perdón a partir de la figura del activista político Nelson Mandela.



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