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Ventajas e inconvenientes del uso de pantallas



Una de las cosas que más inquieta a los padres es el uso de las pantallas en casa. Lo cierto es que hay tanta información sobre el tema que cuesta tener un criterio claro y fundamentado.


Nuestro objetivo en este artículo es mostrarte las evidencias tanto a favor como en contra del uso de las pantallas en los niños y adolescentes. La idea es que estés bien informado antes de establecer límites o normas de utilización.


En primer lugar, nos gustaría enumerar algunos de los principales beneficios del uso adecuado de las pantallas:


- Fuente de aprendizaje. Es innegable que las pantallas abren una ventana a información y conocimientos útiles. Al igual que para los adultos es una herramienta casi imprescindible en el día a día, los niños y adolescentes pueden encontrar muchos contenidos de forma rápida y veraz. Además, hoy en día podemos encontrar aplicaciones muy logradas que mejoran la atención, la memoria o el cálculo mental. Es decir, están diseñadas para enseñar y estimular habilidades importantes mediante herramientas atractivas y lúdicas.


- Contenidos adaptados. De igual forma, hay una gran cantidad de aplicaciones, gadgets o juegos adaptados a cada edad. Esto nos parece muy interesante porque si están ajustados a sus niveles de comprensión, motricidad… les van a sacar todo el provecho y pueden ser incluso estimuladores. Si sabes buscar, encontrarás opciones muy interesantes.


- Control parental. Hoy en día todas las pantallas disponen de mecanismos de control para poder seleccionar por ejemplo el tipo de contenido o tiempo de uso. Además, todas las aplicaciones, juegos, bases de datos… se pueden valorar en función de las opiniones de otros usuarios. Esta opción es muy útil y suele ser una buena referencia antes de elegir qué descargar. Si quieres profundizar en este tema, te animamos a que pulses aquí.


- Permite la interacción con otras personas. Las redes sociales tienen precisamente esa función: conectar a personas. Lo hacen de forma dinámica y divertida, cosa que atrae mucho a los más jóvenes. Por otro lado, los juegos en línea también ofrecen la oportunidad de jugar con personas que están al otro lado de la pantalla. Este punto, conlleva sus peligros ya que no siempre podremos asegurar que estamos interactuando con quienes creemos que lo estamos haciendo. Educar y enseñar habilidades para hacer frente a esta situación serán claves.


Este tipo de interacciones no deben sustituir en ningún caso a los contactos “en vivo y en directo” pero permiten adquirir habilidades muy útiles para que en un futuro, hagan uso de ellas por ejemplo en el ámbito laboral.


- Acceso fácil a los contenidos. Tanto la conexión a internet como las aplicaciones permiten que accedamos a lo que necesitamos de forma cómoda. No tenemos que ceñirnos a horarios ni a otras restricciones, teniéndolo todo al alcance de un clic. Sin duda esto facilita que seamos nosotros los que nos organicemos según nuestros intereses y no tener que adaptarnos a limitaciones externas.


- Una habilidad para su futuro. Poseer habilidades tecnológicas es fundamental no sólo para el presente sino para el futuro. Nos guste o no el vivimos en un mundo tecnológico y ¡esto no ha hecho más que empezar! Por supuesto, esto no quiere decir que sólo haya que centrarse en la tecnología pero si es una habilidad que debemos cultivar.


Ahora veamos algunos de los principales inconvenientes, sobre todo cuando el uso que hacemos de las mismas es inadecuado:


- Favorece el aislamiento. Si se utilizan mal las pantallas, se corre el riesgo de que el niño se centre exclusivamente en ellas, aislándose de los demás y focalizándose únicamente en el móvil, el ordenador o la videoconsola. Para evitar esto es necesario que el uso esté limitado con anterioridad y que se le ofrezcan otras alternativas de ocio.


- Gran comodidad. Los juegos y aplicaciones están diseñadas para ser intuitivas y cómodas. No hay que hacer grandes esfuerzos porque gran parte lo hace la máquina por ti. Sin embargo, otras alternativas de ocio suponen más trabajo personal. Por ejemplo: si voy a pintar, tengo que pensar qué dibujar, qué colores utilizar, dónde pintar… O si tengo que montar un juguete tengo que leerme las instrucciones que puede convertirse en todo un reto o ver un tutorial en YouTube dónde me muestran directamente cómo se hace.


Acogerse a la “ley del mínimo esfuerzo” en el ocio puede generalizarse al resto de áreas vitales. Es decir, los niños son menos curiosos, más comodones, se conforman con mayor facilidad y decae considerablemente su creatividad.


- Gran influencia en la formación de ideas. La infancia y adolescencia son periodos en los que es fácil persuadirles y aleccionarles. La inmadurez característica de estas edades, la falta de experiencias de vida y el escaso desarrollo del pensamiento crítico les hace especialmente vulnerables ante determinado tipo de contenidos e ideas. Basándote en esto, ¿Quién quieres que eduque a tus hijos? ¿Las pantallas? No lo creemos. Controlar los contenidos a los que están expuestos es complejo por eso nuestro consejo es que pongas límites y supervises hasta que tu hijo madure un poco y tenga más claras sus ideas.


- Genera dependencia. Se ha comprobado cómo las pantallas pueden generar adicción si no hay unas normas que regulen su uso. Detrás de todo lo que nos ofrecen las pantallas hay personas que buscan la forma de que te entretengas, de que busques lo que encuentras y en cierta medida, de que te enganches para que sigas haciendo uso de ellas. Unos de los elementos que las convierten en “adictivas” son la inmediatez y el componente lúdico, ambos muy atractivos para el ser humano. De manera que, una vez más, la solución está en regular su uso y ofrecer otras alternativas.


- Contenidos de todo tipo. En internet puedes encontrar de todo. A veces pensamos que para encontrar determinadas cosas tenemos que escribir en el buscador las palabras exactas, pero esto no siempre es así. Hay mucho contenido oculto que aparece cuando menos lo esperas y que podemos considerar poco apropiado para nuestros hijos, porque con su edad no puede comprenderlo o porque no es un contenido apropiado.


Por otro lado, no olvidemos que como decíamos antes, las redes permiten conectarnos con otras personas. Aunque lo más frecuente es que sólo se comuniquen con personas conocidas, se corre el riesgo de que uso por parte de nuestros hijos no sea del todo responsable o que otras personas contacten con ellos. Así es, existe el riesgo de que se pongan en contacto con nuestros hijos personas con intenciones que van más allá de jugar o charlar un rato. No queremos que te asustes, pero es una realidad que debemos abordar y para la que debemos preparar a nuestros hijos.


Si permites que accedan a internet o hagan uso de determinadas aplicaciones, debes educar en el uso de la tecnología y hacer una supervisión estricta porque a veces incluso las herramientas de control parental no son suficientes.


- Promueve el sedentarismo. Aunque desde hace años se intenta que los juegos y experiencias a través de pantallas no se realicen exclusivamente sentados, la realidad es que cuando usamos el móvil o el ordenador solemos estar muy inactivos a nivel físico. Utilizamos la vista, el oído, el cerebro… pero en raras ocasiones el cuerpo. Esto a los adultos nos afecta y a los niños y adolescentes, que están en pleno desarrollo físico y mental, puede acarrearles problemas diversos como la ansiedad, la depresión o el insomnio. Además, el sedentarismo está relacionado con problemas de otro tipo como la obesidad e hipertensión.


Con este listado hemos destacado algunas de las principales ventajas e inconvenientes para que tengas una visión más amplia y completa sobre el uso de pantallas. Pero como hemos mencionado a lo largo del artículo, lo más importante es educar a nuestros hijos para que hagan un uso responsable de la tecnología. Te animamos a que leas el artículo “Uso de pantallas según la edad”.


 

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