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APRENDER DE LAS CRISIS

Compartimos con vosotros un nuevo capítulo del libro TÚ PUEDES APRENDER A SER FELIZ, 2018, relacionado con el APRENDIZAJE EN MOMENTOS DE CRISIS. Te ofrecemos ideas y ejemplos claros sobre como los malos momentos también traen cosas buenas y que, todas las crisis encierran una lección y, son una oportunidad de crecimiento personal.


“No hay errores en la vida, sólo lecciones. No existe una experiencia negativa, sólo oportunidades que hay que aprovechar para avanzar por el camino del autodominio. De la lucha surge la fuerza. Incluso el dolor puede ser un gran maestro”. 

Robin Sharma

 

“El éxito es euforia, la crisis reflexión”.

Antonio Miró



El cuento de la buena y la mala suerte
Había una vez un anciano labrador que tenía un viejo caballo para cultivar sus campos. Un día el caballo se escapó. Los vecinos acudieron a él para consolarlo por la pérdida y lamentar su mala suerte.
El labrador les contestó: “¿Mala suerte?, ¿buena suerte? ¿Quién sabe?”.
Una semana después, el caballo volvió de las montañas trayendo consigo una manada de caballos salvajes. Entonces los vecinos acudieron para felicitar al labrador por su buena suerte y éste les respondió: “¿Mala suerte?, ¿buena suerte? ¿Quién sabe?”.
El hijo del labrador se propuso domar a los caballos salvajes, pero al intentarlo se cayó y se rompió una pierna. Los vecinos volvieron a pensar que la desgracia había llamado a la puerta del labrador y acudieron de nuevo a consolarle.
“¿Mala suerte?, ¿buena suerte? ¿Quién sabe?”, replicó el labrador.
Poco tiempo después, estalló una guerra con el país vecino. El ejército vino al poblado para reclutar a los jóvenes que estaban en edad militar. Cuando vieron al hijo del labrador con la pierna rota, no se lo llevaron.
¿Mala suerte?, ¿buena suerte? ¿Quién sabe?
Tony de Mello

Lo que  a  primera vista puede parecer un contratiempo puede ser una ocasión que encierre muchas oportunidades. No juzgues de antemano. Las personas tendemos a replantearnos nuestra vida, a plantearnos las cuestiones verdaderamente importantes cuando atravesamos una crisis. Aprovecha lo bueno que esconde todo mal momento.

 

Necesitamos problemas y dificultades para progresar. La vida no tendría sentido sin problemas y sin obstáculos. Cada adversidad, cada problema, es una oportunidad para crecer y evolucionar. El verdadero enemigo puedes ser tú mismo, tu pesimismo, tú falta de esperanza y de confianza en ti mismo y en tus posibilidades. Si logras vencerte a ti mismo, habrás vencido el mayor de los obstáculos.


Cuando todo nos va bien tendemos a relajarnos, a pensar que es lo normal, a considerar que tenemos derecho a esa situación, y a dejarnos llevar por lo fácil y lo cómodo. Sin embargo, las crisis y las dificultades son una magnífica oportunidad para desarrollar tu potencial personal, tus recursos escondidos, que te van a permitir desarrollar todo aquello que eres capaz de hacer.


Cuando la vida te golpee, no te rindas ni te desesperes, descubre toda la fuerza que hay dentro de ti.

La palabra crisis significa oportunidad, pero en tu mano está decidir de qué tipo .


Puede ser una oportunidad de cronificar el miedo, la ansiedad, la falta confianza en ti mismo y los conflictos con el mundo que te rodea.

 

O por el contrario, puedes aprovechar la oportunidad para reflexionar, conocerte mejor, aprender y, en última instancia, crecer. Depende de ti. Puedes aprender a remontar las crisis, a salir fortalecido de ellas y a lograr aquello que deseas alcanzar. Aprovecha las oportunidades que la vida te ofrece para aprender y crecer personalmente.

 

Aprende a hacer que los problemas y las dificultades no sean piedras que te impidan avanzar en tu camino, sino ladrillos con los que poder construir algo hermoso. Carmen Serrat-valera

 

Las crisis no sólo surgen de los problemas y las adversidades. Muchas veces, los cambios en tus circunstancias vitales pueden suponer una crisis. Si sabes aprovechar cualquiera de estos momentos, puedes encontrar oportunidades magníficas para desarrollar el potencial que está dentro de ti y que hasta ahora no habías descubierto.



La fábula de los caballos

He aquí una fábula que puede ayudarte a comprender que la vida no siempre responde al guión que tú has diseñado y, sobre todo, para comprobar que atravesar dificultades no significa tener menos posibilidades de éxito.
Conducía un arriero dos caballos. El uno, cargado de esponjas, caminaba ligero. El otro, cargado con sacos de sal, caminaba con más dificultad. Anda que te andarás, por sendas y vericuetos, llegaron al vado de un río. El arriero los empujó para que lo atravesaran. El caballo de las esponjas entró confiado en el río con ánimo de cruzarlo. El caballo de la sal, por el contrario, titubeó antes de atreverse e incluso tropezó más una vez y tuvo que levantarse antes de proseguir la travesía.
A medida que se iban zambullendo en el agua, las esponjas se empaparon y se hicieron tan pesadas que el caballo que las llevaba no pudo alcanzar la otra orilla y tuvo que ser auxiliado por el arriero y otros vecinos para no perecer ahogado.
Mientras tanto, a trancas y barrancas, cruzaba el caballo de los sacos de sal, y con tanta dificultad lo hacía, tanto tiempo consumía y tanta agua tragó, que la sal tuvo tiempo de disolverse y el corcel se vio aliviado de la pesada carga y pudo alcanzar la otra orilla por su propio pie.

Miguel Costa y Ernesto López, “El uso de metáforas en psicología clínica. Técnicas de modificación de conducta”, edición de Francisco Labrador

Te entendemos perfectamente, estamos contigo, sabemos la inmensa ansiedad, miedo e inseguridad que puede generar una crisis. También somos conscientes de las resistencias al cambio que todos tenemos. Todos tendemos a aferrarnos a lo que nos resulta conocido. Lo cómodo sería continuar como estábamos. Pero la vida te golpea y te golpea sin avisar. No temas, tú puedes salir fortalecido de cualquier situación si te lo propones. Si sabes aprovechar las crisis, descubrirás una energía y una capacidad hasta ahora inimaginables.


El cuento del pájaro y el árbol arrancado

“Las calamidades pueden ser causa de crecimiento y de sabiduría,” dijo el maestro.
Y lo explicó del siguiente modo: había un pájaro que se refugiaba a diario en las ramas secas de un árbol que se alzaba en medio de una inmensa llanura desértica. Un día, una ráfaga de viento arrancó de raíz el árbol, obligando al pobre pájaro a volar 100 km en busca de un nuevo refugio… hasta que al fin llegó a un bosque de árboles cargados de frutas.
Y concluyó el maestro: “Si el árbol seco se hubiera mantenido en pie, nada habría inducido el pájaro a renunciar a su seguridad y echarse a volar”.

Tony  de Mello

Ante las dificultades, algunas personas tienden a retraerse, a paralizarse, a ponerse a la defensiva, a quejarse constantemente y a acumular resentimiento. Ese tipo de personas se preocupan, en vez de ocuparse, de sus problemas y se obsesionan con ellos, se dejan engullir por el miedo y la ansiedad  y terminan perdiendo el control sobre sus vidas. No te quedes parado esperando a que los demás resuelvan tus problemas, te liberen de tus responsabilidades y tomen las decisiones por ti. Tampoco eches la culpa de lo que te sucede al comportamiento y las decisiones de los demás, no olvides que tienen derecho a hacer con su vida lo que deseen. Una cosa es lo que a ti te gustaría que hubiese sucedido, y otra muy distinta es lo que ha sucedido realmente. Asume que lo que hay es lo que hay, y sigue adelante con tu vida sin rencor.

 

Sólo tú, y nadie más que tú, eres el responsable de aprovechar el cambio y la adversidad para crecer, salir fortalecido e iniciar una vida nueva.

Aprovecha todas las oportunidades que la vida te ofrece. ¡Cuánta gente lamenta no haber hecho esto o aquello en determinados momentos! ¡Cuánta gente siente que ha desaprovechado sus oportunidades! La única forma de que a ti no te suceda lo mismo está clara: decide qué quieres hacer y ponte manos a la obra. No dejes que tu vida sea como un barco a merced de las olas. Coge el timón de tu propia vida y dirige tu nave al puerto que añoras.


El experimento de las ranas

Con frecuencia, los problemas y las adversidades pueden ser una gran oportunidad para crecer y enriquecerse como persona. Tratar de esconderlos o escapar de ellos sólo conduce al sufrimiento. Cuando debas enfrentarte a una crisis, pregúntate qué puedes aprender de ella. Y ten en cuenta que en cualquier momento pueden aparecer los problemas. Aceptarlo puede ayudarte a estar preparado para afrontarlos mejor, con más recursos y menos sufrimiento innecesario.
Había una vez dos ranas que estaban paseando por un jardín. De repente, saltaron las dos y se encontraron en la cocina de una gran familia.
Una de las ranas cayó dentro de una cazuela llena de agua fría que se encontraba en el fuego. Le pareció muy agradable la temperatura del agua y decidió nadar en ella. Como la temperatura fue subiendo gradualmente, la rana no se dio cuenta del peligro y murió al hervir el agua.
Su compañera (aparentemente con menos suerte que su amiga) cayó en una cazuela en la que el agua ya estaba hirviendo. Al sentir la temperatura, saltó inmediatamente, escapando por la ventana a toda velocidad. Gracias a ello salvó su vida.

 

Si quieres aprovechar las crisis para crecer como persona, necesitas pararte a pensar qué puedes cambiar y qué no. Analiza qué aspectos de tu comportamiento y tu desempeño no te han ayudado hasta ahora, qué cosas de ti mismo puedes empezar a cambiar y qué activos tienes, qué actitudes y aptitudes te han ayudado en tu camino personal.


Reflexiona, conócete, pregúntate qué quieres hacer con tu vida, qué estás haciendo, hacia dónde vas.

Hacerte estas preguntas no significa caer en la desorientación ni perderte por los derroteros del existencialismo, sino practicar una duda sana y fructífera. Más adelante hablaremos sobre la meditación, te invitamos a que recorras su camino para descubrir y profundizar en la increíble aventura de conocerte a ti mismo. También te proponemos que desarrolles una actitud mental positiva, aprende a ser optimista. Más adelante, te ofrecemos múltiples recursos para conseguirlo.


El cuento de la maestra de Calcuta

Había una vez una maestra en Calcuta que adoraba enseñar y trataba a sus alumnos como si fueran sus propios hijos, viviendo su día a día llena de bondad y alegría. Su lema era: "Tanto vale tu determinación como tu inteligencia".
Un día, la escuela sucumbió a las llamas de un incendio. El pueblo entero sufrió por tan sensible pérdida, por la escuelita que había sido testigo silencioso del paso de generaciones de colegiales. Pero pronto la cólera dio paso a la apatía y la gente se conformó con el hecho que sus hijos no tuvieran una escuela adonde ir.
Pero, ¿cómo reaccionó la maestra?
La maestra supo ver una oportunidad en lo que había sucedido. Explicó a los padres que todo revés aporta un beneficio si uno sabe buscarlo. El incendio ocultaba un regalo. La escuela que se había quemado estaba vieja y desvencijada. Cuando llovía se producían goteras, y el mobiliario y los útiles de enseñanza estaban viejos y anticuados.
Ahora tenían la oportunidad de sumar sus fuerzas y construir una escuela mucho mejor, más nueva, con mejores recursos didácticos y con un mobiliario más adecuado. Y así, impulsados por el entusiasmo de la maestra, aunaron sus recursos colectivos y reunieron fondos para construir una nueva escuela como ejemplo palpable del poder de la gente ante la adversidad.

 

Evidentemente, este cambio de actitud que te estamos sugiriendo exige que estés dispuesto a cambiar tu forma de pensar y de actuar. Estar abierto a lo diferente y cultivar la curiosidad, son actitudes mentales necesarias para convertir los procesos de cambio en oportunidades de crecimiento personal. Una vez más, no lo dudes, tú puedes conseguirlo.


Al grano: cómo afrontar una crisis paso a paso:

– Pregúntate qué puedes aprender de esta crisis. Busca algún aspecto positivo. No pretendemos que te engañes, que veas la vida de color de rosa en esos momentos de dificultades y zozobra. Pero, aunque de entrada te cueste descubrirlo, seguro que esta situación encierra algún aspecto positivo. No te desanimen ni te derrumbes, búscalo.

– Párate a pensar qué quieres hacer con tu vida, o al menos con ese aspecto de tu vida que se ha visto dañado por la crisis.

– Practica la meditación y, durante las sesiones, visualízate a ti mismo llevando la vida que te gustaría llevar.

– Afronta los obstáculos y dificultades que la crisis te está planteando. La técnica de resolución de problemas, y otra serie de recursos que te ofrecemos en este libro, te pueden ayudar a superar los.

– Desarrolla un plan de acción  para lograr tus propósitos y  conseguir tus objetivos. En el tercer apartado de este capítulo te mostramos cómo hacerlo.

– Recurre a tus seres queridos para que te aporten su apoyo y sabiduría. Busca consejo, acepta sugerencias y consulta tus dudas. No te olvides de elegir personas sensatas, con sentido común… pero no pierdas de vista que debes ser tú el que finalmente elijas y decidas.

– Ábrete al conocimiento y el aprendizaje. Estudia, lee, infórmate.

–Trabaja para vencer tus miedos. En el capítulo dedicado a las emociones puedes encontrar recursos para llevar a cabo esta importante tarea.

Si te interesa leer el libro completo lo puedes encontrar en el siguiente link. Advertimos que la publicación al haberse realizado en el año 2018, puede tener algún cambio en los conceptos ya que la ciencia avanza muy rápido, pero las nuevas nociones os irán apareciendo en la página.














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