¿Qué se puede hacer cuando no se puede contar con el padre biológico?
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¿A qué otras personas se puede recurrir? Experiencias y evidencias científicas
Recientemente hemos hablado sobre el papel tan importante que el padre ejerce en la familia. El padre (como figura afectiva, de autoridad, apoyo y modelo) es clave para el desarrollo emocional, social y cognitivo de los niños, pero cuando no está presente —por la razón que sea— sí que hay formas de suplir esa función para que el niño crezca sano y equilibrado.

¿Qué se puede hacer para sustituir la figura del padre?
No se trata tanto de buscar un "sustituto exacto", sino de garantizar que el niño tenga modelos y vínculos afectivos estables que cubran esas necesidades.
Es importante que elijas para ejercer este rol a un familiar o amigo que comparta tus valores, sea un referente y esté motivado a ejercer esa función.
Veamos diversas opciones y experiencias comprobadas:
OTROS FAMILIARES CERCANOS:
Abuelos
1.1 Muchísimos estudios muestran como los abuelos pueden ser una fuente de apoyo emocional, seguridad y ejemplo, especialmente en familias monoparentales.
Los abuelos suelen brindar un amor “desinteresado”, menos cargado de las tensiones diarias que enfrentan los padres (trabajo, disciplina constante…).
Escuchan sin juzgar, dan consuelo, y ofrecen un espacio seguro donde el niño siente aceptación plena.
Lo que dicen las investigaciones: Los niños que tienen una relación cercana con sus abuelos reportan menores niveles de ansiedad y depresión. Los investigadores sugieren que el apoyo emocional de los abuelos amortigua el estrés.
1.2 Fuente de seguridad y estabilidad
Los abuelos suelen ser una presencia constante en la vida del niño, incluso cuando el padre no está, bien sea por divorcio, traslados, mudanzas, etc.
Cuando el padre no está, los abuelos pueden aportar esa sensación de continuidad, rutina y confianza, elementos clave para el desarrollo seguro.
Diversas investigaciones demuestran que los abuelos involucrados en la crianza de sus nietos son un factor protector ante situaciones familiares difíciles, ayudando a mantener la estabilidad emocional del niño.
1.3 Modelos de conducta y valores
Los abuelos transmiten valores familiares, culturales y sociales, que ayudan al niño a formar su identidad y sentido de pertenencia.
Son modelos de resiliencia, sabiduría práctica y resolución de conflictos, actuando como ejemplo silencioso de cómo afrontar la vida.
Un estudio llevado a cabo en Europa, mostró que la cercanía con los abuelos está asociada con un mejor ajuste social, especialmente en adolescentes, ya que refuerzan normas, valores y comportamientos prosociales.
Tíos
Los tíos pueden jugar un papel importante como mentores, modelos y fuentes de apoyo emocional.
Te ofrecemos sugerencias prácticas junto con evidencias e investigaciones que respaldan este rol.
2.1 Modelar comportamientos positivos
Los tíos pueden ser modelos de comportamiento saludable: respeto, responsabilidad, resiliencia y autocontrol.
Diversas investigaciones han confirmado que las figuras masculinas adultas cercanas a los niños (como tíos) influyen en el desarrollo de habilidades socioemocionales, incluso cuando el padre está ausente.
2.2 Ofrecer apoyo emocional y escucha activa
Ser alguien que siempre escucha sin juzgar crea un espacio seguro para que el niño exprese emociones.
La teoría del apego (Bowlby, 1969) señala que las figuras de apego secundarias (como un tío cercano) pueden proporcionar estabilidad emocional y seguridad, contribuyendo al bienestar emocional.
2.3 Fomentar la educación y valores.
Participar en la educación, desde ayudar con tareas hasta enseñar habilidades prácticas o transmitir valores familiares.
Diversas investigaciones han llegado a la conclusión de que los jóvenes con relaciones estrechas con adultos que no son sus padres, como tíos, presentan mejores resultados académicos y menor riesgo de conductas problemáticas.
2.4 Ser un mentor en momentos clave.
Acompañar en transiciones importantes (adolescencia, toma de decisiones, primer empleo), ofreciendo consejo y experiencia.
Diversas investigaciones destacan que los jóvenes con mentores naturales (no institucionales) tienen mayor autoestima y propósito en la vida.
2.5 Participar en actividades compartidas
Compartir deportes, hobbies, proyectos... Esto refuerza el vínculo y enseña trabajo en equipo, perseverancia y disciplina.
Las investigaciones mostraron que las actividades recreativas compartidas con adultos positivos tienen un impacto directo en la reducción de comportamientos de riesgo en adolescentes.
2.6 Ofrecer una visión alternativa
A veces, los niños necesitan otra perspectiva. Un tío puede ofrecer una visión más flexible, cercana sin ser autoritaria, y dentro de tus valores.
Según investigaciones, contar con adultos que ofrecen distintos puntos de vista ayuda a los jóvenes a desarrollar habilidades de pensamiento crítico y adaptabilidad.
Los hermanos mayores
La influencia de los hermanos mayores puede compensar la ausencia paterna, ofreciendo apoyo emocional y un modelo positivo a seguir, aunque hay que tener cuidado para no sobrecargarles. También pueden asumir cierto rol protector, así como de guía y mentor.
Aquí te resumimos cómo ejercer ese rol y qué evidencias científicas lo respaldan.
3.1. Modelado de comportamientos y actitudes
El hermano mayor actúa como un ejemplo a seguir, enseñando con su propio comportamiento cómo manejar conflictos, responsabilidades y relaciones. Otra ventaja a tener en cuenta es que esta responsabilidad le puede ayudar a crecer y madurar a él mismo.
Estudios destacan que los hermanos mayores influyen en el desarrollo social y conductual de los hermanos menores, especialmente en entornos con figuras parentales ausentes.
3.2 Apoyo emocional y contención
El hermano mayor puede convertirse en un "puerto seguro" para el menor, escuchándolo y acompañándolo en momentos difíciles.
Investigaciones sostienen que los hermanos mayores pueden compensar la falta de apoyo parental, sirviendo como fuentes de apego y protección emocional.
3.3 Guía y mentoría en la toma de decisiones
Pueden orientar a los hermanos menores en temas como estudios, amistades, toma de decisiones morales o incluso prevenir conductas de riesgo.
Investigaciones señalan que los hermanos mayores, a menudo, asumen un papel parental en familias donde el padre está ausente, influyendo positivamente en la conducta y las decisiones de los más pequeños.
3.4 Desarrollo de habilidades de resiliencia
Enseñar con el ejemplo cómo superar dificultades, enfrentar adversidades y mantenerse motivado.
Las investigaciones encontraron que la relación cercana con hermanos mayores fortalece la autoestima y la resiliencia en adolescentes.
3.5 Transmisión de normas y valores familiares
El hermano mayor se convierte en un vehículo de transmisión de normas, tradiciones y valores que normalmente serían reforzados por el padre.
Investigaciones muestran que los hermanos mayores en familias de bajos recursos o monoparentales suelen asumir la función de preservar la estructura y valores familiares.
¿Qué enseñanzas prácticas podemos sacar de todo lo anterior?
Involucrar conscientemente al hermano mayor en actividades y responsabilidades familiares.
Fomentar el vínculo positivo entre hermanos mediante actividades compartidas.
Dar reconocimiento al hermano mayor por su papel, ayudando a que no se sienta sobrecargado.
Ofrecerles también apoyo a ellos, ya que muchas veces asumen un gran peso emocional.
Mentores y figuras externas
Maestros, entrenadores, líderes de grupos juveniles: Hay programas como Big Brothers Big Sisters en EE. UU. donde voluntarios ejercen ese rol de mentor, con resultados muy positivos en autoestima, comportamiento y rendimiento escolar.
Vecinos, amigos de la familia: A veces, una figura cercana y confiable puede convertirse en un modelo significativo.
Grupos de apoyo y comunidades
Comunidades religiosas, deportivas o culturales también ofrecen una red donde el niño puede interactuar con adultos que sirvan de referencia y contención.
Boys Scouts u otro tipo de organizaciones suelen ejercer una influencia muy positiva para el crecimiento de los jóvenes.
Algunas familias recurren a programas organizados para niños sin una figura paterna, donde se trabajan las habilidades sociales, la autoestima y la resiliencia.
Madre u otro cuidador principal fortalecido
La madre o quien esté a cargo puede desarrollar también habilidades que tradicionalmente se atribuyen a la figura paterna: poner límites claros, fomentar la independencia, modelar resolución de problemas, etc.
Los grupos de autoayuda de madres con estas características suelen ser de gran apoyo y orientación. Si no lo encuentras en tu entorno, no desistas, ¡anímate a crearlo!
Terapia familiar o apoyo psicológico
Algunos profesionales trabajan específicamente en ayudar a niños a afrontar la ausencia del padre y fortalecer sus vínculos con otras figuras importantes.
Experiencias y resultados
Numerosos estudios sugieren que lo más importante no es tanto que haya una figura paterna biológica, sino la presencia de adultos estables y comprometidos.
Evidencia y experiencia práctica: Programas de mentoría, tanto formales como informales, han demostrado reducir comportamientos de riesgo y mejorar el bienestar emocional en niños sin padre presente.
Resumen clave
Lo esencial es que el niño tenga vínculos afectivos seguros y modelos adultos confiables.
No importa tanto quién sea, sino cómo se relaciona con el niño: con amor, límites, tiempo y dedicación, interés y coherencia,
Y recuerda que es importante que sea alguien con los valores que para ti son importantes
Cuanto más rica y variada sea la red de apoyo, mejor.
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